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La educación en valores en una temprana edad influye considerablemente en el comportamiento y la visión del mundo que tendrá una persona durante el resto de su vida. Una buena educación en valores también ayuda en la toma de decisiones en edades tempranas. Conoce algunos consejos para educar en valores.
La definición de la educación en valores puede ser aquella que muestra lo “correcto” y lo “incorrecto” con la finalidad de desarrollar la autoestima de una persona, su empatía y favorecer la sensibilización en las relaciones con otras personas.
La educación en valores es un proceso que requiere toda la vida, pero empezar a trabajar en esto puede ser complejo a edades avanzadas. Por ello, muchos expertos recomiendan comenzar la educación en valores en el momento en el que el niño empieza a comprender el mundo que le rodea.
La educación en valores es un proceso a largo plazo que se adquiere debido a la repetición de conductas, por lo que de nada sirve decir “no seas egoísta”, si la persona que lo afirma no da ejemplo de ello.
Los niños muy pequeños no son capaces de comprender las consecuencias de sus actos o diferenciar entre lo que está bien y lo que está mal. Es importante utilizar un lenguaje adaptado a la edad, mostrar ejemplos reales o utilizar historias con moralejas.
La confianza es fundamental en la educación en valores infantil. Los niños suelen tener referentes adultos en cuanto a conducta y comportamiento, por lo que deben tener claro que, aunque se equivoquen, siempre contarán con el apoyo del adulto. Esto no implica que los actos no tengan consecuencias, el método de prueba y error suele ser muy eficaz en personas muy jóvenes puesto que les permite aprender de forma autónoma.
La autoestima es muy importante a la hora de educar en valores. El bienestar de uno mismo debe anteponerse a factores externos sobre los que los niños no pueden influir. Los menores deben conocer la importancia de aceptarse como son, estar bien por dentro y por fuera, asumir que muchos aspectos son modas o el derecho a ser diferente.
Los niños deben descubrir por sí mismo qué es aquello que les diferencia del resto o aquello que les hace especiales. Cuando lo hayan descubierto, se puede trabajar hacia la normalización y la potenciación de esas diferencias como un aspecto positivo.
Los niños pequeños no comprenden por qué un acto está mal, por lo que el adulto debe intentar explicárselo y hacer que lo comprenda. Algunas frases sobre educación en valores que se pueden emplear en situaciones de este tipo son: “¿qué harías en su situación?”, “¿estás seguro de que eso está bien?” o “no pasa nada si te equivocas”.
“Educar la mente sin educar el corazón no es educar” es una de las frases sobre educación en valores con la que mejor se puede comprender su importancia.
