El modelo inclusivo en educación infantil es uno de los múltiples sistemas educativos que se pueden aplicar para favorecer el aprendizaje y desarrollo de los alumnos en todos los sentidos. Muchos maestros han visto el potencial de este sistema y pretenden hacer de la educación inclusiva un modelo de futuro. Descubre los objetivos de este modelo educativo y los retos que implica su implantación en las aulas.
La educación de calidad se encuentra en uno de los puntos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030 y para conseguirlo se debe lograr una educación inclusiva. Esta educación inclusiva es aquella que pone el foco en los alumnos con ciertas dificultades para poder seguir las clases, aquellos que no pueden desarrollar todo su potencial debido a alguna discapacidad y aquellas características que pueden llevarles a discriminación: raza, orientación sexual, religión, modelo de familia, etc.
Los objetivos creando un modelo de educación inclusiva es evitar que algunos alumnos se sientan marginados dentro del sistema educativo. Para ello se llevan desarrollando programas especiales que cumplen sus necesidades y les permiten lograr sus objetivos en el plazo que necesiten. Esto no implica ofrecer más facilidades para superar un curso a aquellas personas con necesidades especiales. La educación infantil inclusiva ofrece las mismas oportunidades a todos los estudiantes.
Conocer las diferencias de los alumnos implica utilizar métodos de evaluación diferentes en base a ellas, siempre garantizando su aprendizaje y una exigencia idéntica a la de sus compañeros. Si el aprendizaje es distinto, la evaluación se debe adaptar a él.
Otros objetivos dentro del modelo de educación inclusiva es la atención a todos los alumnos y alumnas por igual conociendo sus características. De hecho, los docentes deben ser un altavoz de estas características que hacen diferentes a dichos alumnos y normalizarlas.
La igualdad en todos los sentidos es probablemente el objetivo principal de este tipo de educación. La solidaridad y el fomento de la participación de los alumnos es fundamental.
Los principios del modelo de educación infantil inclusiva son fomentar la participación de todas las personas que intervienen en la educación de los menores: padres, docentes, profesores de extraescolares, medios de comunicación, etc. Este es posiblemente uno de los mayores condicionantes a la hora de aplicar este modelo educativo. Es complicado permear en todas las capas de la sociedad.
El modelo de educación inclusiva implica revisar los planes de estudio, algo bastante complejo porque suelen ser excesivamente rígidos. Los planes de estudio actuales no plantean la necesidad de incluir nuevos tipos de aprendizaje como este.
La financiación es otro de los problemas a la hora de apostar por la educación inclusiva. Hace falta dinero para que las escuelas, los colegios y las academias conozcan este sistema y puedan adaptarlo a sus estudiantes.
La falsa creencia de que la educación inclusiva dificulta la integración de las personas con discapacidad o con características diferenciales también es un lastre de este sistema.
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